martes, 19 de mayo de 2009

LA PALABRA DE JAVI
TIERRA SAGRADA
Homenaje a Benedetti
A 19 de Mayo 2009

Querida comunidad,

Aquí van unas líneas que pretenden, como ya os dije ayer, compartir por escrito lo que ya habéis compartido conmigo estos días; pues estabais allí a cada rato, cocinando chapatis (palabra que acabo de agregar a mi diccionario de Word), sentados en el espigón del puerto, dando clases de español, en la oración de cada mañana y cada noche, en el bosque, en la capilla de Ropar, en cada rato de ruido y silencio…

Intensidad es un término que todos podríamos asociar a nuestra estancia en Ceuta y al poso que ésta nos ha dejado; visible en nuestra relación, el cariño de nuestros rencuentros, nuestra manera de compartir… y es que, como está escrito en la orla, ese lugar es casa de Dios y casa de Amor, un Amor de Díos que se ha colado dentro de nosotros y que de alguna manera nos ha afianzado un poco más como ciudadanos y embajadores de su reino.

(Aviso Legal: Acabo de enterarme de que ayer murió el escritor y poeta Mario Benedetti. Lo leí por primera vez en la selva, junto a los aguarunas en un colegio de Fe y Alegría, y me encantó: (Del lat. incantāre).1. tr. Someter a poderes mágicos.2. tr. Atraer o ganar la voluntad de alguien por dones naturales, como la hermosura, la gracia, la simpatía o el talento.3. tr. germ. Entretener con razones aparentes y engañosas.4. intr. Gustar en gran medida, agradar mucho. Así que a partir de esta línea introduciré algunos de sus versos en color negro, para ayudarme a expresar y rendirle un pequeño homenaje.)

La experiencia de Taize me dejó el corazón muy preparado para lo que me esperaba; la paz, la fraternidad, el cariño, la seguridad que transmiten sus canciones… junto a vuestra compañía, apaciguaban los nervios que tenía por esas charlas pendientes con Jesús, volver a verles, abrazarles, conocer y compartir un poquito más su realidad y a mi mismo…

Viceversa


Tengo miedo de verte / necesidad de verte / esperanza de verte / desazones de verte. / Tengo ganas de hallarte / preocupación de hallarte / certidumbre de hallarte / pobres dudas de hallarte. / Tengo urgencia de oírte / alegría de oírte / buena suerte de oírte / y temores de oírte. / O sea,resumiendo / estoy jodido y radiante / quizá más lo primero / que lo segundo / y también / viceversa.


Cuando llegamos al puerto estaban allí, esperándonos, con su sonrisa perenne dibujada en el rostro que solo el pincel del artista que ama de corazón sabe trazar. Y es que ya los conocéis, la habilidad que tienen para alojarse en el corazón de las personas, los gestos y lecciones de humanidad que dan a cada rato. Así que allí estaban nuestros amigos, acompañándonos desde el principio en un momento importante para todos.

Y es que los regresos son distintos; aunque, en lo fundamental, las cosas que nos conciernen sigan esperándonos en su sitio. Se suaviza la angustia que trae consigo el descubrir una realidad injusta por primera vez y, la mirada y el corazón se centran en lo verdaderamente importante, que es la gente con la que estas
compartiendo esa realidad. Una mirada y un corazón estimulados y embriagados con las cosicas que van surgiendo cada día junto a tantas personas fascinantes que siempre tienen algo interesante que decirte, una frase o un gesto cargados de significado, con los que uno se siente más rico, más sabio, más humano.

Vivir en comunidad junto a Paula y Cande le hace a uno no perder el hilo de ese amor universal de Díos, supone aprender de dos amigas que han hecho de su vida la entrega al prójimo (=próximo) con cariño y alegría, una alegría profunda que se contagia y va filtrándose en todos los recovecos y acontecimientos del día; y entre canción y canción de Taize se iba filtrando una linda frase de Tagore: “dormía y soñaba que la vida era alegría; desperté, y me di cuenta de que la vida era servicio; comencé a servir, y me di cuenta de que la vida era alegría”.
La oración de cada mañana coloca a uno en su sitio, tener presente a tanta gente, tantas necesidades, injusticia; pedir por ellos; dar gracias por tantas cosas que nos han sido dadas y tantas otras que aparecen a lo largo de cada día. No hay como vivir dando gracias. Uno empieza la mañana convencido de ese amor con ganas de entregarse y encara el día de otra manera.



Ahora que empecé el día / volviendo a tu mirada,… / está bastante claro / dónde estás y dónde estoy… / Sé por primera vez / que tendré fuerzas para construir contigo / una amistad tan piola

Allí se hacía evidente la necesidad que tienen de ir de la mano la oración y la realidad. Cada oración tenía una fuerza especial gracias a que las vidas sobre las que rezaba estaban repletas de realidad; y al mismo tiempo esa realidad tenía mucho más sentido y contenido porque estaba acompañada y guiada por la luz que encontraba en la oración. De este modo Jesús se hacía mucho más presente, incordiando donde quiera que yo fuese.



te acerques y te mires,/ te mires al mirarme. / porque tú siempre existes / donde quiera / pero existes mejor donde te quiero/ y me siento querido por ti.

La noche de lunes fui a cenar con ellos al campamento donde tenían un huésped llamado Julián, conocido de Ágata (quien (ella) nos ha bautizado con el sobrenombre de “los Flandes”). Allí se estaba hablando de cosas serias, de ir más allá; sobre la mesa caían palabras como: cambio, presión, ruido, situación insostenible, fotos de hijos y esposas… se les veía muy cansados; y mientras Julián encendía fuegos a los que yo trataba de poner pros y contras; fuegos que yo no podía avivar, a mi me quedaba “simplemente” estar con ellos, abrazarles, sonreírles, animarles, acompañarnos mutuamente.

Aquel fuego consistía en una huelga de hambre en Julio. Una temeridad, si tenemos en cuanta lo que hace una huelga de hambre en el cuerpo de las personas, las condiciones en las que viven nuestros amigos, el calor y los bichos que hay en verano en el bosque… un sufrimiento asegurado sin seguridad de un final feliz. Al día siguiente lo compartieron con Paula y parece que al final se olvidaron de la huelga de hambre, al menos hasta septiembre.

Un gran descubrimiento para mi han sido nuestros amigos los africanos, con los que apenas pasé ratos la primera vez que estuve en Ceuta. Quizás más inaccesibles, menos extrovertidos, mucho más machacados; pero con una expresión intensa, unos ojos sobre los que se puede leer, escuchar gritar a Jesús y ante los que no se puede sostener una mirada de indiferencia.

Una de las experiencias más emotivas de mi estancia allí se llama Mohame Aliou un africano que tenía bastantes síntomas de autismo. Se ve que no había manera de que dijese nada en clase e hiciese otra cosa que hacer líneas con su lápiz en el papel. Así que poquito a poco fuimos compartiendo algo de tiempo y cogiendo confianza. Al principio escribía y repetía las palabras que yo decía, todo con mucha expresión, cercanía y contacto. Al final dejamos el español de lado y nos centramos en crear comunicación entre los dos, dibujando, bailando con sus auriculares, jugando con los demás… el día que me vio despidiéndome de la gente se levanto y vino a donde yo estaba y cuando le explique que mañana no volvería se le cayeron unas lágrimas y me abrazo. Casi me destroza con aquel abrazo, el muchacho no controlaba muy bien su fuerza; pero, aunque uno sea navarro, también tiene su corazoncito y me emocione tanto… fue uno de los mejores abrazos que me habían dado nunca.

Parecía que Ceuta era el casco viejo de Pamplona y allá donde fuese me tropezaba con alguien conocido, normalmente inmigrantes con los que siempre se compartía una sonrisa o un apretón de manos, alguna pregunta, un abrazo… todo movido por esa alegría y amor contagiados que lo invadían todo.

Y como coprotagonistas de mi/nuestro regreso a Ceuta están nuestros amigos los indios. Compartimos muchos ratos especiales con ellos; juntos estuvimos paseando, aprendiendo español, sentados en la playa, en el espigón del puerto, cocinando, trabajando en el Eroski, cenando, comiendo, rezando, durmiendo… Momentos de grupo que se intercalaban con momentos más íntimos con cada uno de ellos que me guardaban historias personales duras y preciosas; esa confianza suponía el regalo de sentir lo importante que éramos los unos para los otros.

Muchos son los momentos y distintos los estados de animo y sentimientos surgidos en cada uno. Quizás, la noche del miércoles pueda resumir la mayor parte de ellos. Prepararon una pequeña fiesta, cocinamos y nos metimos en una de las tiendas-dormitorio porque tenían algo de frío. Mezclábamos el ingles con el español y el punjab. Bajo aquella lona se intercalaban risas, momentos duros, gestos de cariño. Hablábamos de Europa, de la india, de nuestras familias, de tanto tiempo libre, de su cansancio… A pesar de silencios duros y lo injusto de su realidad brindábamos porque estábamos en camino, no sabíamos si con un final feliz o desastroso, lo verdaderamente importante es que estábamos juntos. Aquello no era mi juguete revolucionario, no era mi pastilla de chimbo para limpiarme la conciencia. Me decían que estaban felices de habernos conocido, que algo nos había ido uniendo desde que nos conocimos, un cariño especial y distinto, ese que viene de lo profundo del corazón y del que Díos es un poco culpable.


Ustedes y nosotros



Ustedes cuando aman / exigen bienestar / una cama de cedro / y un colchón especial, / nosotros cuando amamos / es fácil de arreglar / con sábanas qué bueno / sin sábanas da igual. / Ustedes cuando aman /calculan interés /y cuando se desaman / calculan otra vez, / nosotros cuando amamos / es como renacer / y si nos desamamos / no la pasamos bien. / Ustedes cuando aman / son de otra magnitud / hay fotos chismes prensa / y el amor es un boom, / nosotros cuando amamos / es un amor común / tan simple y tan sabroso / como tener salud. / Ustedes cuando aman / consultan el reloj / porque el tiempo que pierden /vale medio millón, / nosotros cuando amamos / sin prisa y con fervor / gozamos y nos sale / barata la función. / Ustedes cuando aman / al analista van / él es quien dictamina / si lo hacen bien o mal, /nosotros cuando amamos / sin tanta cortedad /el subconsciente piola / se pone a disfrutar. / Ustedes cuando aman / exigen bienestar / una cama de cedro / y un colchón especial, / nosotros cuando amamos / es fácil de arreglar / con sábanas qué bueno / sin sábanas da igual.




Conforme pasaba el tiempo, junto a ellos, la razón se iba quedando sin condicionales a la hora de seguir a Jesús, pues este habla al corazón y este estaba lleno de su amor.

La hora de la despedida fue un poco dura; pues, en el control de policía, se hacía muy evidente la diferencia que había entre nosotros. Diferencias que podían distanciarnos; pero, que al compartir todo de aquella manera, lejos de distanciarnos nos unían todavía más. Le dije al policía que eran mis amigos y haber si me los podía llevar a casa, que quería enseñarles mi lugar y presentarles a mi familia; pero me dijo que no podía ser, que la ley era muy clara. Así que los despedí rumiando este poema:

Hagamos un trato, compañera,/ usted sabe / que puede contar conmigo,/ no hasta dos ni hasta diez / sino contar conmigo./ Si algunas veces / advierte / que la miro a los ojos, / y una veta de amor / reconoce en los míos, / no alerte sus fusiles / ni piense que deliro; / a pesar de la veta, / o tal vez porque existe, / usted puede contar/ conmigo. / Si otras veces / me encuentra / huraño sin motivo, / no piense que es flojera / igual puede contar conmigo. / Pero hagamos un trato:/ yo quisiera contar con usted,/ es tan lindo / saber que usted existe,/ uno se siente vivo; /y cuando digo esto / quiero decir contar /aunque sea hasta dos, / aunque sea hasta cinco./ No ya para que acuda / presurosa en mi auxilio,/ sino para saber/ a ciencia cierta / que usted sabe que puede / contar conmigo.

Cuando me monte en el ferry me sentí muy solo, pero al mismo tiempo feliz, cargado de vida y con muchas ganas de seguir por este camino.




Tengo una soledad/ tan concurrida / tan llena de nostalgias / y de rostros de vos / de adioses hace tiempo /y besos bienvenidos... /Tengo una soledad/ tan concurrida / que puedo organizarla / como una procesión/ por colores/ tamaños / y promesas / por época / por tacto / y por sabor. / Sin temblor de más / me abrazo a tus ausencias /que asisten y me asisten / con mi rostro de vos…

Ayer paseando, mi primica Ana (3 añitos), me contaba el cuento de los tres cerditos. Y me sentí muy seguro, no sentí miedo de que viniese el lobo a soplar porque Jesús va asegurando mejor la tienda de campaña que tiene en mi corazón, va afianzando las clavijas y tensando los cordinos de los vientos por si viene ventisca. Pero no quiere construir un edificio, pues nunca sabemos donde tendremos que movernos, donde será necesario acampar.

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